Polimorfo y su Amigo Imaginario”, es una obra que ocurre en un patio de una casa común y corriente, donde a través de las tensiones de una familia integrada por la tía “Piloto automático”, y su abuelo “Salitrera”, se podrá en discusión como eran las infancias de nuestros padres y abuelos, así como también las responsabilidades, derechos, imaginarios y formas de ver el mundo que tienen los niños hoy, lo que tensionará en algún u otro sentido la convivencia. Pues, más que adultos, somos niños que vamos envejeciendo, ya que nunca dejamos de jugar. Palabras del Director: El Viaje de un niño llamado Polimorfo. Reflexiones ante un próximo estreno: Al hacer teatro tomamos opciones, decisiones… una de ellas es estar encerrado en un salón por horas y horas para construir mundos, contar historias, viajar a lugares imaginarios y jugar, sobre todo jugar… como niños saliendo a recreo o al patio de su casa. ¡Es una locura! ¿Cómo hacemos esto? Confiando en los otros, sobre todo confiando en los otros para exponer y enfrentar de esta manera nuestros miedos, inquietudes y certezas. En este equipo creativo Polimorfino, todas y todos somos un poco como ese niño intranquilo, jugamos y tenemos amigos que inventa nuestra imaginación, también necesitamos respuestas, contención y ternura. Nos enojamos, queremos tener la razón, nos amurramos, perdonamos y aprendemos, sobre todo aprendemos, del movimiento de uno, de la palabra de otro, de lo no dicho, del silencio, de la mirada, de la ausencia…y así crecemos un poco, encontramos respuestas y maduramos. Los ensayos en ese espacio/lugar/tiempo donde creemos y creamos; y estamos cómodos e inseguros, frágiles y despojados, constantemente a prueba (porque el teatro es solo para valientes), ese espacio/lugar/tiempo, no quiero que se marche como “Voces a cumplir otras misiones” porque me recuerda cuando estaba en el patio de mi casa donde jugaba, miraba las estrellas y sentía el mar y los asuntos del mundo y problemas cotidianos desaparecían por un instante y era libre.