La Megalópolis irrumpe en la escena como un mecanismo complejo de sueños y músicas específicamente compuestas, imágenes y videos proyectados que llenan paredes y el suelo del espacio escénico, a decorar, como un tatuaje virtual, los rostros y cuerpos de sus habitantes.
Un cuerpo que siente muchos instantes desagradables que se prolongan persistentemente, y que lo invitan a dejar de existir.
Este montaje vuelve a reunir a la dupla compuesta por el director Javier Casanga y la dramaturga Carla Zúñiga, luego de la disolución de la Compañía La Niña Horrible.
En medio de la peste, una actriz debe interpretar nuevamente una obra que ha interpretado durante años, aunque esta vez, es a través de una pantalla.
Un liceo en La Unión, sur de Chile. El movimiento feminista ha llegado, generando importantes cambios, revolucionando las relaciones entre los miembros de la comunidad educativa. Los adultos están preocupados, deben hacer algo pronto.
Los espectadores disfrutarán de un espectáculo que incluye magia, malabarismo, comedia e interacción con el público.